viernes, 4 de abril de 2008

SOLO DE VIAJE

Juntos...
por la ruta que nos lleva al interior de nosotros.
Banquinas en silencio escucho.
Blancas líneas como acentos
a mis pensamientos llegan.
El ronquido del motor es rugido de mar,
mar...
que va envolviendo.

Termino la curva y la miro de reojo,
la amo de reojo,
intrigado
porque quisiera saber
por qué mundo está viajando.

La marcha sigue, yo voy detenido.
Me acompaña otra mujer.
Una que va conmigo ausente.

Miro con más atención.
A mi lado encuentro la pétrea imagen de una diosa,
divinidad inalcanzable,
esfinge del reino ensimismado.

Y también yo del rumbo me pierdo,
como se pierde el tiempo
en el santuario de mi inconsciencia.

Llegamos.

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