lunes, 21 de abril de 2008

HUMO

A mitad de la calle de mi vida,
a mitad de mi ignorancia,
puedo oler mi propio humo.

Y no me molesta,
siempre es asombro,
tal vez algo de temor,
pero ese ojo que llevo dentro
bien abierto ve,
como si sólo viera un fuego más.

No son mi preocupación aquellos recuerdos
o sin ir mas lejos el presente.
Es todo lo que perderé de sentir,
de no estar cuando siga esta maravillosa vida
y regocijarme como ahora
cuando veo detrás de las miradas inocentes
esas almas puras,
esos corazones ardientes e invaluables,
que ciertas personas llevan,
ciertos animales,
ciertas plantas,
ciertas piedras,
y por supuesto,
el sol, la luna y el mar
puros de pureza.

O cuando se que el amor me rodea
y se toma el trabajo de todo florecer,
o cuando la bronca hace que las cosas,
aparezcan nevadas por las cenizas de mi propio volcán
o cuando las risas me bañan de fiesta
y el desfile transcurre por mis venas engalanadas.

A mitad de lo que me toco vivir,
siento el humo
y mi vista se alza al cielo,
tratando de descubrir si el llega,
pasa y se pierde
o sólo queda en la atmósfera,
para caer condensado luego
haciéndose parte de algún destino.
.

No hay comentarios: