Es atrevido del sonido su desnudo
exhibiendo sórdido su vacío.
Es depósito de palabras sin tracción,
guardería de acciones inactivas,
generador de receptividad,
y en aquellos que no la tienen
de vida.
Por sus dialectos reina
agrupando lo desmembrado,
amalgamando diferencias
y muere siempre,
siempre que en su reino
la más mínima expresión
se subleve.
.
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